La cara y la cruz del barrio en un mismo día.

Ayer al mediodía, en la Avda. de Novo Mesoiro nº18, a algún ciudadano incívico se le ocurrió la idea de tirar un porro encendido por la ventana, dando su ventana a la salida de la panadería Sanbrandan, que en ese momento tenía cola para comprar el pan. Justo debajo de la ventana estaba yo con el carrito de mi hijo esperando y nos calló la colilla encendida a un centímetro, casi entra en el cochecito y la da a un bebé de 5 meses. No pude identificar la ventana desde la que se tiró porque rápidamente la cerraron, sino se habrían llevado la correspondiente denuncia.

Menos mal que más tarde, en el parque infantil que está en la parte de arriba de esa misma avenida, donde empiezan las calles Ribeira Sacra y Fragas do Eume, jugaban dos niñas y me llamaron mucho la atención porque habían dejado su patinete y su bicicleta y su juego consistía en arrancar los viejos anuncios que han quedado pegados en las farolas y depositarlos en la papelera que hay junto a un banco en ese parque. La verdad es que me alegró el día después del incidente de la mañana y me alegró pensar en la educación que estarían recibiendo esas dos niñas y en como se comportarán en un futuro gracias a esa educación. Gracias niñas anónimas del barrio.