Así es la historia del Algarrobo, que se intentó asentar en Novo Mesoiro hace unos meses

No se si recordareis que hace unos meses, el 22 de Abril concretamente, una familia gitana de Penamoa, vino a instalarse en un descampado del final del barrio en la rotonda de la calle Illas Cíes. Me gustaría que recordasemos quien era y como se comporta esta familia y lo que sobre ellos han publicado los distintos medios de comunicación locales.
7.840 € , ducha hidromasaje y tele de plasma.

En su día el blog de Los Rosales ya denunció que a este hombre apodado el Algarrobo el Ayuntamiento le había pagado 7840 € en concepto de expropiación de sus terrenos en Penamoa,  según relata el diario La opinión:

La Concejalía de Servicios Sociales regaló madera y accesorios de baño
a los vecinos de la zona de los depósitos de agua que tienen antecedentes penales para que dejasen sus chabolas, que impedían el inicio de las obras del vial, y construyesen otras a escasos metros.

Begoña Salazar, la mujer del chabolista conocido como el Algarrobo, que tuvo un incidente hace unos meses en el poblado con agentes de la Policía Nacional, asegura que tiene ganas de dejar el asentamiento e instalarse en un piso. Por el momento, se conforma con residir en la nueva barraca construida con la madera que le proporcionó el Ayuntamiento y que está equipada con ducha de hidromasaje y con una televisión de plasma. La joven, no obstante, solicita a Servicios Sociales que le ayude a encontrar una vivienda porque confiesa que su marido consume drogas y que si viven en Penamoa es casi imposible que se rehabilite.

Además el propio diario publicaba esta fotografía de Begoña Salazar en la chabola situada a unos metros del terreno que tuvieron que desalojar y por el que le pagaron 7.840€.


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


Un parte policial relata como se las gasta el Algarrobo y sus amigos.
Esta es la nota de prensa que envió la policía :
A Coruña,
Han sido detenidos por el Cuerpo Nacional de Policía como presuntos autores de un delito de Atentado a Aente de la Autoridad:

  • J.R.C:, de 30 años, natural de Ferrol y vecino de A Coruña, con 6 detenciones anteriores.
  • S.M.G.A., de 34 años, natural y vecino de A Coruña, que ya había sido detenido en 39 ocasiones anteriores.
  • J.G.S., de 44 años, natural de Ourense y vecino de A Coruña, con 6 detenciones anteriores.

Se les intervinieron en el momento de la detención:

  • Un hacha de doble filo con el mango de madera, de unos cincuenta centímetros, aproximadamente.
  • Un hacha de doble filo, con el mango de madera, de unos treinta y cinco centímetros de longitud, aproximadamente.
  • Un martillo con el mango envuelto en plástico de color rojo, de treinta y cinco centímetros de longitud.
  • Un martillo, con el mango de madera, de unos cuarenta centímetros.
  • Tres bolsas plásticas conteniendo en su interior cocaína.
  • Cinco bolsas de plástico conteniendo en su interior heroína

Los hechos que motivaron la detención de estas cuatro personas tuvieron lugar el pasado miércoles en el poblado de Penamoa. En cuyos accesos estaba dispuesto un despliegue policial con el objeto de evitar posible menudeo de tráfico de drogas, así como la venta de cualquier efecto proveniente de algún delito para el trueque de estas por sustancias estupefacientes. Más aún teniendo en cuenta los numerosos robos en vehículos que estaba habiendo últimamente, sobretodo en las zonas que linda con los accesos al poblado.

En el transcurso del citado dispositivo, concretamente en el acceso al poblado desde Bens, los agentes observaron a una mujer de etnia gitana desconocida para los actuantes, en actitud de espera, a la cual tratan de identificar, no resultando posible al estar indocumentada. Esta persona manifestó que estaba esperando en el lugar a que le trajeran droga, ya que a ella dentro del poblado no le vendían por el hecho de ser gitana y no ser habitante de dicho poblado.

El algarrobo siendo expulsado de Novo Mesoiro por la policía
El algarrobo siendo expulsado de Novo Mesoiro por la policía

Mientras tiene lugar esta conversación hace acto de presencia desde dentro del poblado un vehículo marca CITROËN, el cual, al percatarse de la presencia policial maniobra y retrocede por donde ha venido, levantando las sospechas de los actuantes por lo que inician su persecución.

Dicho vehículo, intenta la huída a una velocidad elevada, a pesar de lo cual, no es perdido de vista en ningún instante, deteniéndose delante de la chabola de una de las familia que viven en el poblado, de los cuales se tiene constancia, por diversas actuaciones y manifestaciones de numerosos consumidores habituales que se dedican a la venta de heroína y cocaína

En ese momento observan al conductor del citado vehículo descender del mismo, siendo éste conocido de los actuantes como un miembro del clan de dicha familia, conocido con el alias de «ALGARROBO», con la intención de introducirse en la chabola, siendo interceptado por los actuantes para que aclarara el motivo de su maniobra evasiva, así como el verdadero titular del vehículo ya que no consta entre la información de los actuantes que sea de su propiedad.

El conductor manifiesta a los agentes que el vehículo es propiedad de un amigo que responde que se lo ha prestado; en cuanto a la maniobra realizada manifiesta «VOY A BUSCAR A LOS NIÑOS AL COLEGIO Y ME EQUIVOQUÉ DE CAMINO»

En el transcurso del cacheo, se observa, en el interior de su calcetín izquierdo un bulto, pero en el momento de intentar comprobar su naturaleza, inicia la huida en dirección a su casa, siendo perseguido inmediatamente por un miembro de la dotación policial, que lo intercepta en unos 10 metros de la chabola, cuando el huido tropieza en su carrera, cayendo junto con el policía que cae también.

Ya en el suelo, J.R.C. arremete al agente, asestándole varios rodillazos y patadas por todo el cuerpo, a la vez que gritaba «AYUDADME» , «COGED LAS ARMAS» , «SOLTAD LOS PERROS» , «COGED LAS ESCOPETAS Y LAS PISTOLAS» , «MATAD A LOS POLICIAS, «MATARLOS A TODOS.

Al mismo tiempo intenta deshacerse del bulto que los funcionarios actuantes habían observado en el interior del calcetín, arrojándolo a unos dos metros, aproximadamente, de la posición donde yacía el agente, que se dio cuenta.

Los otros dos miembros de la dotación que estaban realizando el servicio en esa vía de entrada al poblado, acuden a auxiliar a dicho agente cuando, finalmente consiguen deshacerse de dos perros de raza «pit-bull», en actitud agresiva, los cuales habían sido soltados por alguien de quién se desconoce su identidad, y que se encontraba en las proximidades, desembarazándose los policías de los perros mediante el uso de sus defensas

Una vez junto al compañero, se asiste al mismo y se detiene a J.R:C., comprobando que el paquete que había arrojado, y que aún nadie había podido llevarse, contenía ocho bolsitas de lo que parecía ser heroína y cocaína.

La detención de esta primera persona fue muy peligrosa, ya que cuando iban a proceder a su engrilletamiento se vieron abordados por una veinte personas como mínimo, en su mayoría de etnia gitana, varones todos ellos, portando palos, hachas, martillos, bastones, armas blancas, así como, diversos objetos contundentes de naturaleza variada y, de nuevo, varios perros de raza «pit bull» y similares, viéndose obligado el policía que había recibido la paliza a realizar dos tiros al aire, con el fin de ahuyentar a dichos perros y hacer desistir a los individuos mencionados de sus claras intenciones de agredir a los actuantes.

Dichos disparos se produjeron en un descampado sin edificaciones altas colindantes y sin poner en peligro en ningún momento a terceros.

No obstante, no se amedrentaron por lo que no pudiendo evitar, que otrol Policía fuera alcanzado por una patada lanzada por un individuo de etnia gitana, conocido de los actuantes y que huyó al interior de una de las chabolas, siendo únicamente posible incautarle un martillo con el mango de color rojo, que portaba en las manos, y que arrojó al interior de un contenedor antes de introducirse en la citada chabola.

Como resultado de dicha agresión resultó con heridas en su mano izquierda de las que es atendido en el Hospital Modelo.

Que al mismo tiempo que suceden los hechos se solicita apoyo urgente a través de los equipos de comunicación a la Sala del 091, presentándose en el lugar varias dotaciones que colaboran en la dispersión de los individuos en actitud amenazante, quienes en ese instante se encuentran lanzando una lluvia de piedras de un tamaño aproximado de unos 10-15 cm de diámetro sobre los actuantes.

Las dotaciones de apoyo colaboran en la incautación de algunas de las armas y demás objetos que se presentaron los cuales fueron abandonados en el momento de la dispersión por los individuos anteriormente mencionados, y en el posterior traslado de todos los detenidos resultantes de la intervención policial.

Cuando parecía que todo había acabo, se movilizaron unas cuarenta o cincuenta personas, en las mismas condiciones que los individuos citados anteriormente, encabezados claramente por J.G.S., segundo detenido, el cual arengaba al resto a los gritos de «COGER LAS ESCOPETAS», «COGER LAS PISTOLAS», «MATAR A LOS POLICÍAS», «HAY QUE MATARLOS A TODOS», «VENGA, VAMOS», portando un hacha de doble filo, con un mango aproximado de 45 centimetros, que le fue intervenido.

En el descampado de la entrada de la vivienda del primer detenido, se persona un individuo, también conocido por los agentes, exigiéndoles a gritos, empujones y amenazas explicaciones de lo que estaba sucediendo

Ante esta tercera persona, y tras lo ocurrido el policía decidió no entrar en discusión y seguir con sus actividades y el traslado de los detenidos. Pero cuando el agente apartó al individuo a un lado, este respondió con un puñetazo en la cara al policía, lo que le produjo diversas heridas en la cara, y tuvo que ser atendido en urgencias.

Este último individuo era S.M.G.A, y no pudo ser detenido en ese momento por el policía herido, ya que tras el puñetazo salió corriendo, pero si posteriormente por el compañero que lo persiguió por el poblado hasta interceptarlo. Este individuo ha sido detenido en 39 ocasiones en A Coruña, curiosamente la última el 28 de agosto del pasado año, momento en el que se le intervino UN CUCHILLO DE COCINA CON DIECINUEVE CENTÍMETROS DE FILO, UNA PIEDRA DE GRANITO DE UNOS CINCO KILOS DE PESO Y UNA BRAGA-POLAR, DE COLOR NEGRO, efectos utilizados para llevar a cabo, presuntamente, un robo en una farmacia de la calle Orillamar, detención que intentó evitar, atentando contra los agentes mediante golpes y patadas.

Ya en dependencias policiales, uno de los detenidos J.R.C. a la espera de ser ingresado en los calabozos, ( lo que se realiza uno a uno, ya que requiere de un cacheo exhaustivo con la intención de que no porten objetos punzantes, cuerdas o demás efectos con los que puedan autolesionarse), se autolesionó golpeándose la cabeza con la pared, produciéndose una lesión por la que sangraba, lo que motivó se llamara inmediatamente a una ambulancia del 061 que lo asistió, siendo trasladado al Hospital Juan Canalejo. En el Hospital se congregaron unas cuarenta personas de etnia gitana, todos ellos amigos y familiares del detenido, escuchándose amenazas tales como «OS VAMOS A RECIBIR A TIROS LA PRÓXIMA VEZ», «OS VAMOS A HACER COMO ETA, MATAROS UNO A UNO» . Fue dado de alta a la mañana siguiente, siendo ingresado finalmente en calabozos.

En el día de hoy los tres detenidos han sido puestos a disposición Judicial, donde también se remitieron las armas y la droga intervenida. «

Perro herido y petición de orden de alejamiento de la policía del poblado de Penamoa.

La cosa no quedó ahí porque tal y como nos cuenta La opinión, volvieron a producirse altercados como este:

Max, el perro mestizo que el pasado día 18 resultó herido en una pata durante una intervención policial en Penamoa, ya es famoso en los tribunales coruñeses. La titular del juzgado de Instrucción tres fue la primera persona ajena al poblado que vio la herida que el can presentaba en una pata. Antes incluso que el veterinario que intervino al animal para extraerle la bala y reducir las fracturas que le provocó y al mismo tiempo que los policías intentaban localizar al animal para curarle las heridas.

El papa del Algarrobo mostrando los balazos del perro

«En cuanto los policías se fueron, nos lo llevamos al juzgado para que vieran lo que le habían hecho y ya nos dijo que lo lleváramos al veterinario y presentásemos las facturas después», explica Manuel Rivero Álvarez, padre del dueño del can y patriarca de una familia bien conocida en medios policiales. Manuel acudió ayer al juzgado para presentar la denuncia que su hermano anticipó en Instrucción 3 el viernes, día 18.
La demanda, en la que Rivero estará representado por el despacho de José Ramón Sierra, se dirige contra el autor de los disparos, un policía nacional al que apoda el vasco y acusa de provocar y acosar a sus hijos.

Y es que Óscar y Jesús Rivero Conchado , alias «el Algarrobo» -los hijos de Manuel- ya tuvieron un enfrentamiento con este agente un mes antes, el 12 de marzo, cuando la Policía Nacional repelió a porrazos y con varios disparos al aire la agresión de unos cuarenta chabolistas que intentaban evitar la detención de Jesús. La denuncia advierte de que desde aquel altercado, el policía acosa a su familia, les amenaza y asegura que el viernes, cuando el policía le disparó, Max estaba atado y «tranquilo». La versión de los chabolistas difiere de la policial, según la cual, el dueño del perro es un conocido delincuente que azuzó al animal hasta que se abalanzó contra el policía, que le disparó a una zona «no vital» para evitar ser agredido. Manuel Rivero responsabiliza al autor del disparo del enconamiento de las relaciones entre los chabolistas y los policías, que en el último mes se han visto obligados a disparar en dos ocasiones: «Si esto sigue así, cualquier día hay una matanza y yo quiero evitarlo. La policía debe hacer algo», exige.