Ellos nunca fallan…

 

Tódas las mañana a eso de las 10:00 delante de la Cervecería Mesoiro se congregan 4 o 5 camiones de la franquicia Bofrost.
    Ahora que se están poniendo de moda las grandes superficies comerciales, véase Dolce Vita , o cuando abra Marineda Plaza, creo que debemos arropar al pequeño comercio, antes de que sea devorado por las fauces de estos «colosos capitalistas».
   Los vendedores de Bofrost hacen las ventas a domicilio y ofrecen «frescor y sabor directamente en casa» , tal y como dice su lema. Ellos te dejan en el buzón un papel con el día en el que se van a pasar, y si te interesa, llegado el día cuando te timbren ya les dices si quieres coger algo o no. Si no te apetece nada, se despiden hasta la próxima, porque es una relación vendedor-comprador, en la que el comprador no tiene el compromiso de comprar.