La guardería de Mesoiro costó un 70% más de lo previsto

 
Copio aquí una nueva noticia que publica hoy La Opinión A Coruña sobre la escuela infantil del barrio:
 
 Los defectos en la cimentación durante los trabajos obligaron a ampliar el presupuesto en 605.000 euros, a los que se sumaron casi 70.000 más por «variaciones en el número de unidades de obra»
El tormentoso proceso de construcción de la escuela infantil de Mesoiro incluyó la paralización de las obras durante cuatro meses, la aparición de importantes problemas en su cimentación y el relevo del director de los trabajos, así como un aumento del presupuesto en un 63,5%. La guardería abrió un año más tarde de lo previsto, pero la memoria definitiva de las obras permite descubrir que al incremento aprobado por los defectos del proyecto hubo que sumar otro de casi 70.000 euros por errores en la medición de los materiales necesarios y por diferentes problemas técnicos surgidos, que elevaron el presupuesto inicial en más de un 70%.
La ampliación del proyecto de la escuela infantil municipal de Mesoiro en un 63,5% durante la fase de construcción no fue suficiente para las empresas que se encargaron de esta actuación, ya que a su conclusión recibieron del Ayuntamiento 69.427 euros más debido a las «variaciones producidas en el número de unidades de obra», según se detalla en la memoria de certificación final. El coste final del edificio fue así de 1.627.042 euros, un 70,8% superior al previsto.
El presupuesto inicial de esta guardería, inaugurada en septiembre de 2009, fue de 952.251 euros, con el que el proyecto fue adjudicado a la unión temporal de empresas formada por dos constructoras, que presentaron una oferta que reducía en un 11% el precio de licitación. Las obras comenzaron en enero de 2008 y el Gobierno local fijó su conclusión en septiembre de ese año, aunque el centro no abrió hasta el siguiente curso escolar.
Cuatro meses más tarde de la fecha prevista para la apertura de la escuela, las obras se paralizaron por la aparición de problemas constructivos que afectaron a las cimentaciones. «No siempre los datos técnicos son fiables al cien por cien. Se desconocía la profundidad del pilotaje», explicaron responsables de las firmas que ejecutaron las obras, quienes además calificaron de «habitual» la aparición de errores de cálculo en los sondeos de profundidad realizados «en laderas de montaña».
El problema mantuvo los trabajos interrumpidos durante cuatro meses, ya que el Ayuntamiento decidió sustituir al director de las obras y fue necesario elaborar y aprobar un proyecto reformado, en el que se destinaron 605.364 euros a la conclusión de la escuela, para la que se amplió en seis meses el plazo de ejecución.
El Concello manifestó en febrero de 2009 que el aumento del presupuesto había sido de 300.000 euros, pese a que la Junta de Gobierno Local ya había aprobado una cantidad que duplicaba esa cifra el 19 de diciembre de 2008.
La mayor parte de los nuevos fondos fueron destinados a reforzar la estructura del edificio de la guardería, ya que a los 101.000 euros presupuestados inicialmente fue necesario añadir 243.000 euros. También la cimentación de la escuela recibió un sustancial aumento de recursos, puesto que a los 115.000 euros dotados en el proyecto inicial se le sumaron 261.000 tras el descubrimiento del fallo en las obras.
El importante incremento que generó en el presupuesto la reforma necesaria para la corrección de la cimentación fue respaldado por el informe del interventor municipal, quien no obstante advirtió de que deberían tomarse «las medidas oportunas que impidan modificaciones de los proyectos que puedan desvirtuar el proceso de contratación inicial de la obra.
La intranquilidad generada en Novo Mesoiro por la paralización del proyecto llevó al colectivo vecinal del barrio -uno de los de mayor población infantil de la ciudad- a solicitar la intervención de la Xunta, entonces gobernada por PSOE y BNG.
La delegada de la Vicepresidencia de Igualdade e Benestar, Tareixa Novo, ofreció al Ayuntamiento la posibilidad de que la administración autonómica se hiciese cargo de la conclusión de la guardería, que en ese caso pasaría a ser gestionada por el Gobierno gallego y se convertiría en una galescola.
El concejal de Educación, Carlos González-Garcés, rechazó el ofrecimiento de la Xunta y aseguró que los trabajos concluirían a tiempo para que la escuela infantil admitiese alumnos en septiembre de 2009, como finalmente ocurrió.
La demora de un año con la que abrió la guardería no hizo más que incrementar la demanda de plazas para este tipo de instalaciones, ya que cuando se cerró el primer plazo de admisión de solicitudes, éstas duplicaban el número de puestos disponible en el centro.
La instalación fue construida con capacidad para 82 niños, pero su estructura hace posible su ampliación hasta poder albergar a 123 pequeños. La necesidad de nuevas plazas hizo que ya en la apertura de la escuela el colectivo vecinal de Novo Mesoiro reclamase que se ampliase de inmediato, aunque por el momento el Ayuntamiento no prevé realizar esta iniciativa.
Un problema parecido al de esta guardería sucedió con la que la Xunta construye en Eirís, ya que la conselleira de Traballo e Benestar colocó la primera piedra del edificio el pasado 2 de noviembre pero las obras no comenzaron hasta el 1 de febrero, ya que fue necesario modificar el proyecto, que no se ajustaba a la realidad del terreno. La variación no hizo preciso altera el presupuesto, aunque motivó el retraso en la apertura desde septiembre hasta diciembre.
 

 
Los fallos en las mediciones también aumentaron el coste durante las obras
«Se producen aumentos de medición derivados del paso a verdadera magnitud de la cubierta inclinada, que estaba medida en planta (proyección horizontal)», explica la memoria de certificación final del proyecto de la guardería de Mesoiro para justificar el aumento del coste en la instalación de más zinc en la cubierta del edificio, donde también hubo que añadir más cantidad de este material al tener que realizar solapes en los elementos que sobresalen, ya que se especifica que estos «no se habían considerado».
Ésta es una de las «variaciones producidas en el número de unidades de obra» que motivaron el aumento del coste del edificio en 69.427 euros y que el Ayuntamiento abonó a las constructoras. En la fachada también fue necesario instalar más planchas de zinc de las proyectadas al no haberse previsto este mismo detalle técnico, al igual que en los cerramientos. El documento detalla de forma pormenorizada errores de esta misma clase con el yeso empleado en el falso techo inclinado, del que se dice que fue medido en proyección horizontal, así como del material aislante colocado bajo el zinc, debido al aumento en la instalación de planchas en las fachadas del edificio. El alicatado cerámico, los recrecidos de hormigón, la carpintería metálica y de madera, el acristalamiento, la fontanería, la instalación eléctrica, la iluminación, la calefacción, el sistema de antirrobo y seguridad, la protección contra incendios, las telecomunicaciones y la pintura fueron otros capítulos que sumaron aumentos de costes.
 
Y aquí la noticia en el El Ideal Gallego:
 
El Ayuntamiento acaba de aprobar la liquidación de las obras de la escuela infantil de Novo Mesoiro, conocida como A Caracola. En base a este trámite tendrá que abonar 69.427 euros a la contratista –la UTE formada por Ageco Construcciones y Reformas y Hordescon–, lo que supone un aumento del 4,46% respecto al precio inicial, cifrado en 1,1 millones de euros. Sin embargo, esta no es la primera vez que el gobierno municipal tiene que destinar una partida adicional para sufragar los gastos de este proyecto.
Un fallo en la cimentación provocó que los trabajos se retrasaran varios meses, pero, además, que el gobierno local tuviera que destinar 605.000 euros a subsanar esta deficiencia, que básicamente consistía en que las estructuras de hormigón que se introducen en el montículo en el que se apoyaría el edificio tenían que ser más profundas de lo que se preveía en el proyecto. En esta ocasión, el abono que deberá realizar la administración municipal pasa por variaciones detectadas en diversas unidades de obra, una vez se realizó la valoración final de los trabajos.
La mayoría de los problemas observados responden a “aumentos o reducciones de medición” derivados de la aplicación de la actuación diseñada en los planos en la propia obra, como la colocación de piezas de zinc en la fachada del inmueble, el falso techo, los alicatados, la carpintería metálica y de madera, los cristales e, incluso, la instalación de la antena parabólica.

Incremento > En total, el Ayuntamiento ha tenido que destinar desde 2007, cuando se adjudicó la actuación, unos 704.000 euros más de los contemplados en un principio. La cantidad supone un incremento del 64% sobre el presupuesto.
La medida obligó al ejecutivo municipal a extender las partidas en diversos ejercicios para poder hacerles frente. En este sentido, la cantidad prevista para subsanar los problemas de la cimentación se ejecutó en dos años. Así, en 2008 se consignaron 284.727 euros para esta actuación, mientras que las cuentas de 2009 recogieron el importe restante, unos 320.000 euros.
La escuela infantil de Novo Mesoiro, que presta servicio a menores de entre cero y tres años, comenzó a funcionar el curso pasado, pese a que cuando se inició su construcción, el alcalde, Javier Losada, auguró su puesta en marcha en el de 2008. Las deficiencias detectadas en la obra al comienzo de los trabajos fueron determinantes para el incumplimiento de los plazos fijados, pues, durante meses, los operarios tuvieron que trabajar a un ritmo menor del habitual, mientras se realizaban los trámites administrativos necesarios para que el ejecutivo local pudiera modificar el presupuesto.
Las demoras provocaron las continuas quejas de los vecinos del barrio, que advirtieron de la necesidad de poner en funcionamiento esta dotación, ante el elevado número de niños que registra este distrito, en el que la mayoría de sus habitantes tienen menos de 40 años.
Lo cierto es que las críticas no remitieron cuando se abrieron las puertas de las instalaciones, pues los residentes denunciaron el escaso número de plazas disponibles, que apenas supera las 80. Bajo su punto de vista, la guardería se quedó pequeña incluso antes de empezar a funcionar, debido a la alta demanda de solicitudes recibidas, por lo que son muchas las voces que ya exigen una ampliación del edificio.