A escola municipal A Caracola inicia un proxecto de compostaxe caseira para concienciar aos nenos e nenas
A?concelleira de Medio Ambiente, María García, visitou na mañá deste mércores a escola municipal infantil A Caracola, en Novo Mesoiro, que vén de iniciar un proxecto piloto de compostaxe caseira no que participa o alumnado e o equipo formativo, coa colaboración da empresa Ingesyma. A iniciativa, que ademais de formación para os pequenos e pequenas e o persoal docente inclúe a colocación dun composteiro e o seu seguimento durante os primeiros meses, ata que saia o primeiro compost, segue a liña do proxecto educativo de A Caracola, que xa conta cun comedor ecolóxico, horta e programas de naturalización e rexeneración.
A responsable municipal felicitou na súa visita o traballo do equipo de A Caracola e animou a outros centros a sumarse a iniciativas neste sentido, dentro do interese da concellería por fomentar as accións de naturalización e sustentabilidade nos centros educativos. Neste sentido, o Concello ten aberta unha liña de traballo na que se incluirán proxectos de compostaxe caseira para vivendas unifamiliares e de compostaxe comunitaria para comunidades veciñais, co fin de mellorar a xestión a pequena escala, pechando un ciclo natural nas propias vivendas e diminuíndo considerablemente os problemas de recollida e transporte na xestión da materia orgánica.
A Caracola, de Novo Mesoiro, ofrece dos plazas para niños nacidos este mismo año
A Caracola, de Novo Mesoiro, ofrece dos plazas para niños nacidos este mismo año, podeis leer la noticia completa publicada por La Opinión haciendo click en su logo:
Folleto del Ayuntamiento de A Coruña para Novo Mesoiro
Estos días podréis encontraros en el buzón este folleto «informativo» de las obras e infraestructuras creadas en el barrio a lo largo de los últimos años:
El Bulli de A Coruña se llama A Caracola y está en Novo Mesoiro
Ayer lo publicaba ayer La Voz de Galicia:
El Bulli de A Coruña se llama A Caracola y sus comensales son niños de 0 a 3 años. La cocina deconstruida que puso de moda el catalán Ferran Adrià influyó en distintos restaurantes y países, pero hasta ahora no había llegado a una escuela infantil gallega, y ahora lo hace en este centro que está en el barrio coruñés de Novo Mesoiro, donde se ha adoptado su sistema de separar los platos por sus ingredientes.
En las mesas donde comen los alumnos de este centro público se pueden ver platos que contienen cuatro colores distintos, cada uno correspondiente a un alimento triturado: lentejas sin piel, patatas, judías y carne de ternera. «No queremos disfrazar los alimentos. Que los niños vean las cosas tal y como son, con sus colores y sus sabores», expresa la directora del centro, Beatriz Ferneira.
Ella y la cocinera, Elvira González, pensaron en traer a A Coruña «una forma de educar, muy extendida en Cataluña, en la que la gastronomía es fundamental, pues es la base del crecimiento». Para los mayores de A Caracola, que ya han dejado de comer purés, también hay «un menú a la carta, personalizado y de gran calidad». Así lo declara Beatriz, quien cuida la presentación de los alimentos en el plato, que «debe ser alegre».
Control de cada alimento
Beatriz y Elvira, o Viri para sus compañeras, no se conforman con cuidar a los niños, sino que quieren «darles lo mejor».
Por eso todos los alimentos que compran son caseros y naturales, lo saben porque hacen un estudio minucioso de cada producto para saber de dónde viene y cómo ha sido cultivado. Y toda esta información Beatriz la comparte después con las familias: «Es muy importante explicarles todo bien a los padres y estar en contacto continuo con ellos. Entran cuando quieren y pueden ir a hablar con las profesoras y las cocineras. No hay que olvidar que la educación alimenticia continúa en casa», y si esto siempre ha tenido importancia ahora, con los índices de sobrepeso y obesidad infantiles, mucho más.
Del hospital al colegio
La directora afirma que «esta forma de trabajar que tiene la escuela, valorando la alimentación, es lo normal, lo raro es lo contrario».
Se confiesan grandes seguidoras de Ferrán Adrià, por la labor que hizo en algunos hospitales al deconstruir alimentos que ni enfermos ni niños podían comer porque eran sólidos, como es el caso de los espaguetis con salsa boloñesa. «En vez de darles un puré donde todos los alimentos se mezclaban en una masa, les daba varios: uno de espaguetis, otro de carne picada, otro de tomate y otro de queso», explica Elvira. Poco a poco, estas dos mujeres pretenden reconstruir la alimentación sana.
La guardería de Mesoiro costó un 70% más de lo previsto
Copio aquí una nueva noticia que publica hoy La Opinión A Coruña sobre la escuela infantil del barrio:
Los defectos en la cimentación durante los trabajos obligaron a ampliar el presupuesto en 605.000 euros, a los que se sumaron casi 70.000 más por «variaciones en el número de unidades de obra»
El tormentoso proceso de construcción de la escuela infantil de Mesoiro incluyó la paralización de las obras durante cuatro meses, la aparición de importantes problemas en su cimentación y el relevo del director de los trabajos, así como un aumento del presupuesto en un 63,5%. La guardería abrió un año más tarde de lo previsto, pero la memoria definitiva de las obras permite descubrir que al incremento aprobado por los defectos del proyecto hubo que sumar otro de casi 70.000 euros por errores en la medición de los materiales necesarios y por diferentes problemas técnicos surgidos, que elevaron el presupuesto inicial en más de un 70%.
La ampliación del proyecto de la escuela infantil municipal de Mesoiro en un 63,5% durante la fase de construcción no fue suficiente para las empresas que se encargaron de esta actuación, ya que a su conclusión recibieron del Ayuntamiento 69.427 euros más debido a las «variaciones producidas en el número de unidades de obra», según se detalla en la memoria de certificación final. El coste final del edificio fue así de 1.627.042 euros, un 70,8% superior al previsto.
El presupuesto inicial de esta guardería, inaugurada en septiembre de 2009, fue de 952.251 euros, con el que el proyecto fue adjudicado a la unión temporal de empresas formada por dos constructoras, que presentaron una oferta que reducía en un 11% el precio de licitación. Las obras comenzaron en enero de 2008 y el Gobierno local fijó su conclusión en septiembre de ese año, aunque el centro no abrió hasta el siguiente curso escolar.
Cuatro meses más tarde de la fecha prevista para la apertura de la escuela, las obras se paralizaron por la aparición de problemas constructivos que afectaron a las cimentaciones. «No siempre los datos técnicos son fiables al cien por cien. Se desconocía la profundidad del pilotaje», explicaron responsables de las firmas que ejecutaron las obras, quienes además calificaron de «habitual» la aparición de errores de cálculo en los sondeos de profundidad realizados «en laderas de montaña».
El problema mantuvo los trabajos interrumpidos durante cuatro meses, ya que el Ayuntamiento decidió sustituir al director de las obras y fue necesario elaborar y aprobar un proyecto reformado, en el que se destinaron 605.364 euros a la conclusión de la escuela, para la que se amplió en seis meses el plazo de ejecución.
El Concello manifestó en febrero de 2009 que el aumento del presupuesto había sido de 300.000 euros, pese a que la Junta de Gobierno Local ya había aprobado una cantidad que duplicaba esa cifra el 19 de diciembre de 2008.
La mayor parte de los nuevos fondos fueron destinados a reforzar la estructura del edificio de la guardería, ya que a los 101.000 euros presupuestados inicialmente fue necesario añadir 243.000 euros. También la cimentación de la escuela recibió un sustancial aumento de recursos, puesto que a los 115.000 euros dotados en el proyecto inicial se le sumaron 261.000 tras el descubrimiento del fallo en las obras.
El importante incremento que generó en el presupuesto la reforma necesaria para la corrección de la cimentación fue respaldado por el informe del interventor municipal, quien no obstante advirtió de que deberían tomarse «las medidas oportunas que impidan modificaciones de los proyectos que puedan desvirtuar el proceso de contratación inicial de la obra.
La intranquilidad generada en Novo Mesoiro por la paralización del proyecto llevó al colectivo vecinal del barrio -uno de los de mayor población infantil de la ciudad- a solicitar la intervención de la Xunta, entonces gobernada por PSOE y BNG.
La delegada de la Vicepresidencia de Igualdade e Benestar, Tareixa Novo, ofreció al Ayuntamiento la posibilidad de que la administración autonómica se hiciese cargo de la conclusión de la guardería, que en ese caso pasaría a ser gestionada por el Gobierno gallego y se convertiría en una galescola.
El concejal de Educación, Carlos González-Garcés, rechazó el ofrecimiento de la Xunta y aseguró que los trabajos concluirían a tiempo para que la escuela infantil admitiese alumnos en septiembre de 2009, como finalmente ocurrió.
La demora de un año con la que abrió la guardería no hizo más que incrementar la demanda de plazas para este tipo de instalaciones, ya que cuando se cerró el primer plazo de admisión de solicitudes, éstas duplicaban el número de puestos disponible en el centro.
La instalación fue construida con capacidad para 82 niños, pero su estructura hace posible su ampliación hasta poder albergar a 123 pequeños. La necesidad de nuevas plazas hizo que ya en la apertura de la escuela el colectivo vecinal de Novo Mesoiro reclamase que se ampliase de inmediato, aunque por el momento el Ayuntamiento no prevé realizar esta iniciativa.
Un problema parecido al de esta guardería sucedió con la que la Xunta construye en Eirís, ya que la conselleira de Traballo e Benestar colocó la primera piedra del edificio el pasado 2 de noviembre pero las obras no comenzaron hasta el 1 de febrero, ya que fue necesario modificar el proyecto, que no se ajustaba a la realidad del terreno. La variación no hizo preciso altera el presupuesto, aunque motivó el retraso en la apertura desde septiembre hasta diciembre.
Los fallos en las mediciones también aumentaron el coste durante las obras
«Se producen aumentos de medición derivados del paso a verdadera magnitud de la cubierta inclinada, que estaba medida en planta (proyección horizontal)», explica la memoria de certificación final del proyecto de la guardería de Mesoiro para justificar el aumento del coste en la instalación de más zinc en la cubierta del edificio, donde también hubo que añadir más cantidad de este material al tener que realizar solapes en los elementos que sobresalen, ya que se especifica que estos «no se habían considerado».
Ésta es una de las «variaciones producidas en el número de unidades de obra» que motivaron el aumento del coste del edificio en 69.427 euros y que el Ayuntamiento abonó a las constructoras. En la fachada también fue necesario instalar más planchas de zinc de las proyectadas al no haberse previsto este mismo detalle técnico, al igual que en los cerramientos. El documento detalla de forma pormenorizada errores de esta misma clase con el yeso empleado en el falso techo inclinado, del que se dice que fue medido en proyección horizontal, así como del material aislante colocado bajo el zinc, debido al aumento en la instalación de planchas en las fachadas del edificio. El alicatado cerámico, los recrecidos de hormigón, la carpintería metálica y de madera, el acristalamiento, la fontanería, la instalación eléctrica, la iluminación, la calefacción, el sistema de antirrobo y seguridad, la protección contra incendios, las telecomunicaciones y la pintura fueron otros capítulos que sumaron aumentos de costes.
Y aquí la noticia en el El Ideal Gallego:
El Ayuntamiento acaba de aprobar la liquidación de las obras de la escuela infantil de Novo Mesoiro, conocida como A Caracola. En base a este trámite tendrá que abonar 69.427 euros a la contratista –la UTE formada por Ageco Construcciones y Reformas y Hordescon–, lo que supone un aumento del 4,46% respecto al precio inicial, cifrado en 1,1 millones de euros. Sin embargo, esta no es la primera vez que el gobierno municipal tiene que destinar una partida adicional para sufragar los gastos de este proyecto.
Un fallo en la cimentación provocó que los trabajos se retrasaran varios meses, pero, además, que el gobierno local tuviera que destinar 605.000 euros a subsanar esta deficiencia, que básicamente consistía en que las estructuras de hormigón que se introducen en el montículo en el que se apoyaría el edificio tenían que ser más profundas de lo que se preveía en el proyecto. En esta ocasión, el abono que deberá realizar la administración municipal pasa por variaciones detectadas en diversas unidades de obra, una vez se realizó la valoración final de los trabajos.
La mayoría de los problemas observados responden a “aumentos o reducciones de medición” derivados de la aplicación de la actuación diseñada en los planos en la propia obra, como la colocación de piezas de zinc en la fachada del inmueble, el falso techo, los alicatados, la carpintería metálica y de madera, los cristales e, incluso, la instalación de la antena parabólica.
Incremento > En total, el Ayuntamiento ha tenido que destinar desde 2007, cuando se adjudicó la actuación, unos 704.000 euros más de los contemplados en un principio. La cantidad supone un incremento del 64% sobre el presupuesto.
La medida obligó al ejecutivo municipal a extender las partidas en diversos ejercicios para poder hacerles frente. En este sentido, la cantidad prevista para subsanar los problemas de la cimentación se ejecutó en dos años. Así, en 2008 se consignaron 284.727 euros para esta actuación, mientras que las cuentas de 2009 recogieron el importe restante, unos 320.000 euros.
La escuela infantil de Novo Mesoiro, que presta servicio a menores de entre cero y tres años, comenzó a funcionar el curso pasado, pese a que cuando se inició su construcción, el alcalde, Javier Losada, auguró su puesta en marcha en el de 2008. Las deficiencias detectadas en la obra al comienzo de los trabajos fueron determinantes para el incumplimiento de los plazos fijados, pues, durante meses, los operarios tuvieron que trabajar a un ritmo menor del habitual, mientras se realizaban los trámites administrativos necesarios para que el ejecutivo local pudiera modificar el presupuesto.
Las demoras provocaron las continuas quejas de los vecinos del barrio, que advirtieron de la necesidad de poner en funcionamiento esta dotación, ante el elevado número de niños que registra este distrito, en el que la mayoría de sus habitantes tienen menos de 40 años.
Lo cierto es que las críticas no remitieron cuando se abrieron las puertas de las instalaciones, pues los residentes denunciaron el escaso número de plazas disponibles, que apenas supera las 80. Bajo su punto de vista, la guardería se quedó pequeña incluso antes de empezar a funcionar, debido a la alta demanda de solicitudes recibidas, por lo que son muchas las voces que ya exigen una ampliación del edificio.
El alcalde y los concejales visitan el barrio para hablar sobre sus infraestructuras
Esta tarde, aprovechando la visita al barrio de varios representantes del Concello, incluyendo al alcalde, Javier Losada, algunos vecinos hemos podido visitar el centro cívico de Novo Mesoiro, que nos ha parecido realmente espectacular. La próxima semana espero poderos dar más información acerca del uso que se le pretende dar al mismo, aunque se ha incidido en que los vecinos tendrán una opinión de peso al respecto.
Además del propio alcalde y un grupo de vecinos de Novo Mesoiro y Feáns, acudieron los arquitectos de los respectivos edificios y, entre otros, el concejal de Infraestructuras, Esteban Lareo, la concejala de Medio Ambiente, Nieves Vázquez, y la concejala de Asuntos Sociales, Silvia Longueira.
Durante la visita al barrio, que comenzó en las instalaciones de la guardería «A Caracola», el alcalde explicó en cuidadoso detalle sobre un plano todos los proyectos en marcha para nuestra zona, y respondió amablemente a todas las preguntas que se le hicieron.
Con respecto al tema que muchos considerábamos eterno, se nos confirmó que sí, que se acabó, que ninguna familia procedente del poblado chabolista de Penamoa va a residir en nuestro barrio, aunque sí que lo harán, como sabíamos, otras familias procedentes de As Rañas y de O Portiño, que nunca fueron el tema de discusión, por mucho que se nos haya acusado reiteradamente de racismo. No creo que sea necesario repetirlo, pero insisto por si acaso.
Aunque otros de los asistentes, también asiduos de este blog, como Mas, Charlie o Iván, podrán ampliar la información, puedo adelantar algunas de las cosas que, según mi memoria y mi propia interpretación personal, se dijeron acerca de las instalaciones proyectadas:
- En línea con la guardería, se pretende construír un centro de primaria y un instituto, a expensas de que la Xunta lo apruebe (esperemos que sí, porque es el lugar ideal). Además, en la zona de enfrente (calle Illa de Sálvora) hay prevista una amplia zona verde con un gran parque infantil (al estilo, palabras textuales, del que hay en el Paseo de Los Puentes) y múltiples senderos para pasear con los críos.
- El centro cívico dispondrá de oficina municipal en la que poder hacer trámites como registrar documentación, etc.
- Al lado de la guardería, provisionalmente, se ampliará la zona verde que linda con la misma.
- Todos los badenes serán sustituidos por pasos elevados.
- El desvío desde el paso elevado del Espacio Coruña con destino a Mesoiro se abrirá a la mayor brevedad posible. Al parecer, no está abierto aún debido a «un error».
- El enlace con la tercera ronda, lamentablemente, no llegará a Novo Mesoiro antes del año 2012.
Seguro que me olvido de muchas cosas, dado que el encuentro fue bastante largo, pero, por fin, puedo dar noticias positivas. Sea con intereses políticos o no, el futuro vuelve a pintar bien para nuestro barrio.
Carta de nuestra vecina, Carmen Noguerol, a La Voz De Galicia para denunciar su situación.
Cuando el 31 de Agosto decidí hacer público que le habían concedido plaza en la Escuela Infantil de Novo Mesoiro a mi hijo, dejando fuera a su hermana gemela, pensé que en el Ayuntamiento me iban a escuchar y a ofrecerme una solución. Luché para enmendar la situación de mis hijos y para que ninguna familia en mi situación tenga que pasar por esto. Solicité públicamente una reunión con el Señor Losada para contarle personalmente el caso y que el Ayuntamiento adoptase la normativa de la Xunta que permite a los hermanos gemelos estudiar juntos en las escuelas infantiles y darle mi punto de vista sobre que lo que se debe mejorar en transparencia y atención a los ciudadanos que estamos desamparados en estas situaciones. Solicité por escrito los listados de admitidos en esa escuela infantil y el acta del sorteo, ya que es información pública que debería de estar expuesta. Ni me ha recibido, ni me ha facilitado la información a la que tengo derecho y se ha atrevido a afirmar que desconocía mi caso y que me habían tratado correctamente. Tengo que aclararle que he sido recibida por el Concejal de Educación y por su asesor, el Sr. Pariente, y me he sentido tratada con desprecio, con displicencia y me he sentido humillada.
Tras esta decepción decidí entrar al Ayuntamiento por la única puerta que no pudieron cerrar, la de la oposición, y debo decir que el Partido Popular ha hecho todo lo que los responsables del Ayuntamiento no hicieron. Me escucharon, entendieron, ayudaron, respetaron y, sobre todo, me apoyaron. Han estado conmigo y con mis hijos porque entienden que esa es su obligación, controlar que en el Ayuntamiento se hagan las cosas correctamente. Por eso me sorprende que el Sr. Losada acuse públicamente al Sr. Negreira de “utilizar la mentira para hacer crítica política” y creo que mi obligación es decir bien alto que solo han dicho la verdad y que por ello, por su implicación y valentía, les estoy tremendamente agradecida. Si denunciar públicamente que el Gobierno municipal ha cometido un error e intentar que las cosas mejoren es politizar, entonces me siento orgullosa de que politicen y, quizás, todos deberíamos de hacerlo.
Por último, creo que es mi obligación decir que yo, socialista desde que recuerdo, orgullosa de una familia socialista, de que mi padre fuese socialista y miembro de UGT durante la transición, orgullosa de que mi abuelo paterno estuviese escapado desde 1936 hasta 1948 por defender su ideología de izquierdas, de que toda su familia decidiese malvivir en la España de la dictadura por no renunciar a sus ideales, hoy siento vergüenza del gobierno socialista. Me da vergüenza que no hayan querido escucharme, que no estén dispuestos a encontrar una solución para escolarizar juntos a mis hijos, me da vergüenza su normativa, y, sobre todo, me da vergüenza que mi familia y yo les hayamos votado y hayamos creído en ellos durante tantos años. Lo único que tengo que agradecerles, visto lo visto, es que me hayan abierto los ojos a una realidad que desconocía y que, francamente, no me gusta.
Carmen Noguerol Sánchez.
La escuela infantil de Novo Mesoiro retrasa su apertura hasta el viernes
Carlos González-Garcés, concejal de Educación, visitó ayer por la mañana, junto con miembros de la asociación de vecinos de Novo Mesoiro, las obras de la escuela infantil A Caracola, que retrasará, nuevamente, su apertura hasta el próximo 4 de septiembre.
Las obras del edificio más esperado por muchos de los padres y madres del barrio han avanzado mucho pero durante la visita se ayer, Garcés anunció que este abrirá sus puertas el próximo viernes en vez del día 2, que era la fecha oficial de inicio del curso. Aún así, tal y como ha dicho Óscar Mena, presidente de la asociación de vecinal del barrio, «a lo mejor se tiene que retrasar la apertura al día 7», si el lugar aún no está listo para acoger a los pequeños de la zona. De hecho, aún queda bastante por hacer en la escuela puesto que ayer por la mañana aún se estaba echando el asfalto en el área del aparcamiento.
«A pleno rendimiento no va a abrir», afirma muy seguro Mena, constatando que en el exterior de A Caracola aún queda trabajo para un tiempo y el patio tardará un poco más en estar acondicionado. Sin una zona al aire libre para que los niños de Novo Mesoiro pasen su tiempo de recreo, Mena ha explicado que «la directora tendrá que plantear las actividades» y utilizar, por el momento, un patio que hay en el interior, que no es muy grande. Además, hay que tener en cuenta que en cuanto se terminen los últimos trabajos que permitirán la puesta en marcha de la guardería aún quedará que la Xunta apruebe el estado de A Caracola.
Protestas > Los padres de los niños que ya cuentan con su plaza en la escuela recibirán el aviso de la directora confirmando la nueva fecha de apertura. El presidente de la asociación de vecinos reconoce que esto puede «afectar en la programación de los padres», que tendrán que buscar a alguien con quien dejar a sus hijos mientras ellos trabajan. Es posible que estas molestias provoquen «protestas» en los próximos días o, calibra Mena, puede que los padres «se lo tomen bien».
La asociación de vecinos de Novo Mesoiro «confía» en la palabra del concejal, que afirmó ayer que se abrirá la escuela esta semana, ya que ven el «interés y capacidad de diálogo» con los representantes vecinales, algo que consideran como positivo. En el barrio esperan que se acaben las obras con la mayor brevedad posible y que no se «difuminen con la apertura del curso», pues piensan que «no es de recibo que los niños de A Caracola paguen lo mismo que en otros centros por recibir menos servicios». A pesar de los retrasos, que,c reen, no deberían haber habido, dicen entender que prima la seguridad y las buenas condiciones de la escuela infantil.
Más plazas >La superficie construida alcanza los 940 metros cuadrados y consta de seis aulas para 82 plazas, que ya están cubiertas. Los vecinos piden al gobierno local que considere la ampliación a 123 plazas porque están convencidos de que, teniendo en cuenta la población infantil del barrio, las que se han ofrecido son insuficientes.
Esta suposición ha quedado patente este año cuando muchos niños se quedaron fuera de la nueva escuela infantil. Por ello, recuerdan al gobierno local la promesa hecha en el acto de puesta de la primera piedra del polideportivo de aumentar las plazas cuando fuera necesario. «Las cifras de solicitudes sin plaza demuestran que ya eran necesarias esas 123 plazas este mismo año», argumentan.